Red Cherry Shrimp (Neocaridina Heteropoda var. Red)
Autor: Gaua
Desde que hace varias décadas se introdujeran las primeras gambas o camarones en la acuarofilia, el interés por ellas ha crecido de manera asombrosa. Al principio, las gambitas como la Caridina denticulata (antes C. japónica) se hicieron muy populares por su fama de come algas, ideales para acuarios estilo holandés, pero poco a poco, se han ido introduciendo en el mercado nuevas especies, algunas de ellas muy hermosas. Las gambitas por fin han encontrado su hueco entre los aficionados, y no solo como un habitante más del acuario, hemos llegado al punto de preparar acuarios destinados a ellas, los llamados “gambarios”. El contemplar un acuario con estos pequeños invertebrados, cómo interactúan, cómo se reproducen, y su fácil mantenimiento ha llegado a “enganchar” a muchos aficionados al mundo de estos pequeños animalitos.
Cada vez existen más especies y más variedades en el mercado, algunas de ellas llegan a alcanzar precios increíbles de varios miles de euros. Por suerte cada vez hay más especies de gambas a precios más accesibles, lo cual las va acercando cada vez más a la mayoría de los aficionados.
Entre las especies de gambas que se pueden adquirir actualmente, hay una a la que dedicaremos este artículo y que está teniendo un enorme éxito: la Neocaridina heteropoda “red” o “gamba cereza”, también conocida en inglés como “red cherry shrimp”. Pero no es algo casual el interés que han despertado estas gambitas, principalmente se debe a que su precio es cada vez más accesible, su pequeño tamaño y color tan llamativo, su resistencia y adaptabilidad, y sobre todo a que se reproducen fácilmente en agua dulce. Es sólo cuestión de tiempo que la (que cariñosamente han venido a llamar aquí) “fiebre roja” llegue a nuestros acuarios.
– Conociendo a las “red cherry”
La Neocaridina heteropoda es originaria de Taiwán, es una gambita de coloración variable que combina tonos grises, marrones y oscuros, en diferente intensidad, algunas son más transparentes, otras más coloreadas. Hasta finales del 2006 se la llamaba Neocaridina denticulata sinensis, pero se ha establecido que este nombre es una sinonimia, con prioridad para el nombre Neocaridina heteropoda.
La variedad roja de esta gambita se seleccionó en Taiwán, es la que se ha hecho tan popular, y la conocemos como gamba “red cherry” o “gamba cereza”. Su coloración roja, a pesar de ello, es variable, y depende de la carga genética, del sexo (las hembras están más intensamente coloreadas que los machos), la edad (el color se acentúa) y el estado de ánimo (ante el estrés se palidecen).
La red cherry es una gamba de pequeño tamaño, de adulta no suele superar los 2,5 cm, lo cual la hace ideal para el acuario, puesto que no depreda sobre los peces más pequeños, a diferencia de otras gambas como la Macrobrachium. Evidentemente su pequeño tamaño también puede hacerla vulnerable a los ataques de los peces más grandes, también tendremos que tener esto en cuenta.
– Parámetros del agua ideales.
Las red cherry son una de las gambitas más resistentes y adaptables en cuanto a parámetros de agua se refiere, así como de temperatura. Al igual que a otras especies, lo que más les perjudica son los cambios bruscos.
Toleran un pH entre 6,5 y 7,5 y aguas blandas a semiduras, aunque lo ideal sería un KH en torno a 4º y un GH sobre 10º. Pero se pueden adaptar sin problema a aguas ligeramente más duras. En cuanto a la temperatura, es una de las gambitas con mayor rango de tolerancia, aunque prefieren las temperaturas más frescas que cálidas. Algunos compañeros comentan que les han sobrevivido sin problemas a 8ºC y en el otro extremo, a 30ºC, si tienen buena oxigenación en el agua. La temperatura ideal para ellas está entre los 20 y los 25ºC, se reproducen normalmente a partir de los 20ºC.
Pero las gambas, al igual que el resto de invertebrados, son extremadamente sensibles al cobre. Debemos evitar la utilización de alguicidas y abonos para plantas con alto contenido en cobre, así como medicamentos que se utilizan para tratar parásitos, como el verde de malaquita.
Así también debemos evitar altos niveles de nitratos (ideal menos de 20 mg/l), así como de amoniaco y nitritos, que pueden resultar mortales.
Como hemos comentado antes, las red cherry se pueden mantener en acuarios específicos (gambarios) o en acuarios comunitarios, junto con otros peces.
En acuarios grandes, densamente plantados y con peces no demasiado grandes, las cherrys adultas no tendrán problema para criar y gran cantidad de gambitas conseguirán desarrollarse hasta adultas. Los peces como los bettas y los cíclidos, grandes y pequeños, pueden verlas como alimento; pero hay peces más pequeños que no las “persiguen” y que ocasionalmente pueden comerse alguna cría recién nacida. Por ejemplo, una opción para un acuario pequeño-mediano podrían ser guppys macho o “Endler”, neones chinos o similares.
Los peces de fondo, como las corydoras y loricáridos, no ven a las gambitas como presa, aunque sus ideas y venidas por el fondo quizás puedan molestarlas. Las red cherry, como todas las gambas, poseen un estupendo mecanismo de defensa y se lo proveen sus antenas, que detectan la presencia cercana del posible atacante tanto al acercarse como directamente por contacto y su rapidísima reacción les hace esquivarlo en unas milésimas de segundo, en el último momento. Un pez sólo podrá atraparlas si las pilla desprevenidas o las persigue, o si no tienen escapatoria.
Hay otros invertebrados que son totalmente inofensivos para ellas, los caracoles. Incluso los más grandes, como los manzana, son incapaces de atrapar incluso a las gambitas recién nacidas.
Por supuesto, como hemos mencionado anteriormente, lo ideal sería un acuario específico para ellas, un gambario. Se pueden mantener en acuarios pequeños, incluso de 4l, plantado y sin filtración, con cambios de agua y bien plantado, aunque lo ideal sería un acuario mayor. Como es una gambita que cría bastante, en un año podríamos tener sobrepoblación … yo aconsejaría un gambario en torno a los 15-20l, si es mayor, incluso mejor.
Como compañeros de acuario en el gambario, yo recomendaría unos caracolitos. Comen algas de los cristales y también comparten la comida con las gambas. Si el acuario es pequeño, podemos poner caracoles tipo Planorbis, que no superan los 2 cm. Son de los caracoles hermafroditas más fáciles de controlar, ya que no crecen tan rápido como otros. Si su número aumenta, basta con sacar algunos adultos.
Por supuesto, también se pueden poner otro tipo de caracoles como los Neritina, Vittina, y dependiendo del tamaño del acuario, caracoles manzana.
Son compatibles con otras especies de gambas pequeñas, lo que pasa es que si su población aumenta, tienden a inhibir la cría de las otras especies, menos prolíficas.
En cuanto a la filtración del acuario, se puede mantener un acuario sin filtro, pero al menos debería tener movimiento del agua para evitar que se estanque, cambiar el agua parcialmente con frecuencia y sobre todo, imprescindible una buena cantidad de plantas naturales. Pero lo ideal para evitarnos problemas sería un filtro, tanto de interior, como de cascada como de esponja, y que no pudiera absorber a las cherrys recién nacidas. Esto se consigue con filtros caseros de esponja y aireador, o protegiendo la entrada de los filtros con malla o esponja. Por supuesto, esto es para asegurar el máximo número de crías, pero incluso sin ello conseguiremos también criarlas. Son muy prolíficas, y casi seguro descubriremos un día un montón de pequeñas gambitas que han sobrevivido tanto a los peces como al sifón del filtro.
En cuanto al sustrato, podemos utilizar tanto gravilla como arena, al gusto de cada uno.
Sobre las plantas, sin duda recomendaría poner unas cuantas plantas naturales. Para las gambitas son muy necesarias, ya que encuentran en ellas su fuente de alimento, sobre todo cuando son pequeñas. Hay una planta que considero muy recomendable para los gambarios: el musgo de Java. El musgo de Java proporciona un excelente cobijo para las cherrys recién nacidas, y no solo eso, también les sirve como alimento, tanto a las pequeñas, que picotean entre él, como a las adultas.
El alga-bola (Cladophora aegagrophila) también les sirve para pastar sobre ella …
Lo cierto es que podemos poner cualquier tipo de planta que nos guste y que se adapte a las condiciones de luz de nuestro acuario. Algunas plantas de hojas blanditas como la Heteranthera y la Elodea pueden servirles como alimento si éste escasea en el acuario, arrancando pequeños trocitos de las hojas.
Alimentación.
Las red cherry, al igual que otras especies de gambas, son totalmente omnívoras, así que no tendremos problemas a la hora de alimentarlas.
Su dieta se basará en algas verdes que puedan encontrar en el acuario, y la complementaremos ofreciéndoles alimentos como hojuelas para peces, pastillas de fondo, alimento seco liofilizado, algas marinas, papilla, verduras cocidas (guisantes, espinaca) y alimento congelado (larvas de mosquito, artemia, etc).
Hay alimentos que potenciarán su color rojo, como son los ricos en carotenos y la espirulina, aunque tal y como hemos dicho antes, influyen bastantes cosas en el color.
Debemos ofrecerles la cantidad de comida necesaria para que sea totalmente consumida en poco tiempo, si tenemos muchas gambas, podemos repetir la dosis varias veces al día, también después de apagarse las luces. Las gambitas también se alimentan por la noche.
Reproducción.
Éste es uno de los apartados más interesantes y curiosos del mantenimiento de estas gambitas. Al contrario que algunas especies de gambas, como la Caridina multidentata (antes C. japonica) y las Macrobrachium (gamba cristal) que necesitan de un paso por agua salobre de sus larvas, la Neocaridina heteropoda es una de las especies de gamba que realiza todo su ciclo reproductivo en agua dulce. Las larvas (en realidad, zoeas) cuando eclosionan del huevo son gambitas totalmente formadas y perfectas réplicas en miniatura de sus padres, que son capaces de buscar su alimento y desenvolverse por sí solas sin ningún problema.
Su cría resulta relativamente fácil en un acuario, aunque evidentemente, deberemos tener al menos un macho y una hembra para lograr la reproducción. Si no estamos seguros al identificarlas, es preferible comprar un pequeño grupo para asegurarnos.
Diferenciar a los machos de las hembras es relativamente fácil en esta especie, pero únicamente es fiable cuando los ejemplares son jóvenes o adultos. En los ejemplares más pequeños (1 cm o menos) resulta muy difícil porque presentan similar aspecto tanto machos como hembras, no debemos fiarnos de la coloración. Cuando son pequeñas, puede haber hembras muy pálidas que luego se colorearán.
Las hembras son, en general, más coloridas que los machos, su color varía desde el rojo moteado a sólido, incluso cereza intenso, pasando por el rojo marronáceo. Las hembras también tienen el abdomen más ancho y los pleópodos más largos para poder sujetar los huevos, y sobre todo un rasgo característico: una mancha amarilla o amarilla-verdosa tras la cabeza (cefalotórax). Esta mancha amarilla representa los huevos sin fecundar, y es indicativa de una hembra madura.
Los machos suelen ser más pequeños que las hembras, aunque yo tengo un macho que es una de estas excepciones. Normalmente son mucho menos coloridos que las hembras, incluso transparentes, con pequeñas manchas rojas, aunque algunos pueden tener coloración similar a una hembra, pero nunca rojo opaco.
Los machos no presentan ninguna mancha amarilla detrás de la cabeza y su abdomen es más estilizado. Curiosamente, las anténulas (los dos pares de antenas más pequeños) de los machos son más largas que las de las hembras. Es un rasgo que sirve para identificarlos con seguridad, pero requiere un poco de práctica y también de comparación.
Justo poco después de que una hembra madura muda su caparazón, es cuando se vuelve receptiva y atrae a losmachos. Ellos intentarán aparearse con ella antes de que su exoesqueleto se endurezca. Los machos normalmente patrullan por el acuario en busca de estas hembras, y en cuando localizan a una que acaba de mudar, intentan acercarse y aferrarse a ella.
El apareamiento tiene lugar vientre con vientre, por ello el macho, sin soltarla, intenta colocarse bajo ella o envolverla con su abdomen desde un costado. Si la hembra lo rechaza, lo hará caer con una fuerte sacudida de su cuerpo, aunque notaremos que la hembra está muy débil, todavía no se ha endurecido su exoesqueleto y sus movimientos son muy dificultosos.
Cuando el macho ha conseguido colocarse en la posición correcta, le pasará sus espermatóforos, que la hembra guardará en esa cavidad.
Después, la hembra utilizará el esperma depositado para fertilizar los huevos según los va sacando de su cuerpo. Cada huevo fecundado lo colocará entre sus varias filas de pleópodos, bien ordenados; puede dependiendo del tamaño de la hembra, puede poner entre 20 y 70 huevos de color amarillo. Los mantendrá sujetos gracias a una especie de “pelos” que poseen cada uno de sus pleópodos, los cuales moverá constantemente, día y noche, para mantener los huevos oxigenados.
Los huevos tardarán en eclosionar entre 3 y 4 semanas, dependiendo de la temperatura, a mayor temperatura, menos tiempo.
Las hembras ovadas se vuelven mucho más tímidas y cautelosas que las hembras sin huevos o los machos. Intentarán pasar la mayor parte del día escondidas, sobre todo si hay peces en el acuario, protegiendo su preciosa carga.
Pero puede ocurrir que de repente nos encontremos un grupo de huevos amarillos depositados sobre las plantas o el suelo, son huevos que no han sido fertilizados y la hembra, sabiéndolo, no los cuidará, los abandona.
Pero eso ocurre en raras ocasiones, la mayoría de las veces, la hembra fertiliza exitosamente los huevos con el esperma que tiene guardado. Día a día, las larvitas se desarrollan dentro de ellos, cuando pase la primera semana, incluso podremos llegar a apreciar, si observamos con detalle a través de una lupa, los minúsculos ojos.
Aproximadamente a partir de la segunda semana, los huevos cambian de color según evolucionan las larvitas en su interior. Pasan de ser amarillos a verdosos o amarillo-verdosos.
Unos pocos días antes de la eclosión, los huevos se oscurecen, pasan de ser verdes a color gris oscuro o verde grisáceo. Es señal de que queda poco para la eclosión. La hembra se esconde, y según las larvas rompen los huevos, va sacudiendo sus pleópodos y las libera.
Lo que nacen son gambitas totalmente formadas y perfectas réplicas en miniatura de sus padres. Cuando nacen, miden menos de 2 mm y son blanquecinas. Enseguida comienzan a alimentarse por sí mismas de microalgas que encuentran en los cristales o sobre las plantas.
Dependiendo de la temperatura, se desarrollan más o menos rápido. A 24-25ºC el crecimiento es más rápido que a 20ºC. Aproximadamente, un mes después pueden medir unos 3 mm. A algunas ya se les empieza a notar el color, como pequeñas manchas rojas sobre su cuerpo.
Entre los dos y tres meses después, incluso a esta corta edad, podemos ver gambitas hermosamente coloreadas como ésta, posiblemente sea una hembra, pero con este tamaño no se puede asegurar. Hay hembras que son menos coloreadas que otras cuando son pequeñas y que luego una vez adultas desarrollan casi todo su color.
Como hemos comentado antes, las red cherry recién nacidas no necesitan ningún alimento ni cuidado en especial, mientras dispongan de algas suficientes y/o musgo de Java. También comerán pequeñas partículas de la comida que administremos a los adultos. Curiosamente, las crías son totalmente respetadas por los adultos, que no se las comen, incluso las más pequeñas.
En medio año podemos llegar a tener un precioso acuario lleno de gambitas de todos los tamaños, paseando tranquilas y esperando cada momento en el que les echemos de comer. Entonces es cuando nos daremos cuenta de cuántas hay …
Como quería mostraros, hay más mundo aparte de los peces … cada vez más especies de preciosos y curiosos invertebrados, grandes y pequeños, con concha, sin ella, de todos los tamaños y colores, están buscando un sitio en nuestros acuarios. Dejemos que estas pequeñas estrellas brillen con su luz propia, sólo tenemos que empezar a conocerlos mejor …